Esta iniciativa cuenta con 100 mil dólares de financiamiento del Directorio de Innovación de Antofagasta Minerals.


Un paso firme hacia una producción más segura, eficiente y tecnológicamente avanzada está en marcha. Se trata del proyecto ‘Automatización del Stock de la Correa 30’, una iniciativa que busca recuperar la capacidad operativa de un espacio clave que, desde 2014, ha estado restringido por razones de seguridad, tras un accidente ocurrido en la zona.
El stock, que abarca una superficie de 9.240 metros cuadrados, tiene capacidad para almacenar hasta 50 mil toneladas de mineral, cumpliendo un rol esencial: asegurar la continuidad en la línea de producción cuando se presentan detenciones en el proceso de apilado. Sin embargo, actualmente su operación es manual, lenta y riesgosa, lo que ha generado pérdidas significativas en términos de eficiencia y valor para el negocio.
Seguridad automática
El superintendente de Ejecución Mantenimiento Área Seca y líder del proyecto, Patricio Cruz, comentó que “este proyecto nos permitirá asegurar la integridad de las personas y adicionalmente capturar valor para nuestro negocio integrando la innovación y tecnología al servicio de la minería”.
La ingeniera en gestión e innovación de la superintendencia de Excelencia Operacional, Yolanda Gutiérrez, detalló que el nuevo proyecto, impulsado por el equipo de Zaldívar, en alianza con la empresa tecnológica Aplik, contempla la instalación de postes con cámaras de alta definición, radares, sistemas de georeferenciación y paneles solares, que permitirán monitorear la zona en tiempo real y crear un perímetro virtual de seguridad. Si una persona, vehículo o incluso un animal ingresa al área mientras está en operación, el sistema será capaz de detener automáticamente la correa 30, eliminando la necesidad de intervención manual.
Proyección
La innovación tecnológica, en un proyecto de 6 meses, permitirá superar estas limitaciones, sobre todo en los eventos de detención menores a tres horas, que son los más frecuentes según la línea base levantada en 2024. Al automatizar el proceso, se podrían recuperar entre 400 y 500 toneladas adicionales por evento, lo que se traduce en una proyección de hasta 2.000 toneladas anuales de cobre fino. incluso considerando escenarios conservadores, el beneficio anual podría superar los 2,5 millones de dólares.
“El objetivo es transformar una restricción operativa en una oportunidad de generación de valor, aplicando tecnologías que ya se usan en otras industrias, adaptándolas a nuestras condiciones operativas y de seguridad”, explicó la ingeniera senior de datos, Ruth Tapia.

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